jueves, 23 de febrero de 2012

Memento Mori / Lupus


Lupus


Él no era alto, ni fornido, pero a las chicas les parecía atractivo, la desigualdad con la que los demás chicos lo miraban no dejaba de suceder. La mitad de la clase lo odiaba y la otra mitad lo adoraba, se sentían en un ambiente tenso; nada debía de ser así, no había la mínima posibilidad de que una chica se interesara en otro chico si lo veía a él. Siempre alguna chica fuera del salón lo esperaba. Nadie estaba seguro de que hacer con él, ni siquiera nos respondíamos el hecho del cómo hacerlo menos bello, le golpeamos, lo ridiculizamos, incluso una vez Alfred le rompió por la mitad un diente delantero, creímos que con esto bastaría para causarle algunos daños en su reputación y provocar la risa de algunas niñas, pero no sucedió así, con nostalgia materna las niñas lo atendían y mimaban, tardó unas semanas en volver con un nuevo diente. Llegamos a un punto en el que todos aceptábamos que esto sucedería hasta acabar la secundaría, hasta que un buen día él tuvo novia; así que la mitad de las chicas se dejaron de hacerse ilusiones y voltearon un poco hacia nuestros tristes casos. De vez en cuando el ambiente se volvía tenso; las muchachas miraban a Polly, su novia, con miradas retadoras, casi asesinas, pero no pasaba a mayores, pero sucedió que un día que en clase de danza las mujeres se quedaron una hora más que los hombres para poder ensayar un numero de danza para la primavera; nosotros salíamos cuando se oyeron gritos desesperados saliendo del salón de clase, todos entramos de nuevo a la escuela y nos dirigimos al salón de danza, la puerta estaba cerrada y los gritos seguían, los demás profesores creyeron culpable de todos esto al profesor de danza, así que no dudaron en llamar a las autoridades; la llamada telefónica fue rápida, el modulo de policía estaba casi a la vuelta de la esquina. Los profesores gritaban y golpeaban la puerta, el salón tenía una diminuta ventana que daba hacia la calle, pero no se podía abrir porque tenía barrotes, pero aun así los profesores se dirigieron ahí con la esperanza de ver que era lo que sucedía; el profesor de educación física tomó un piedra y gritó para que las estudiantes se alejaran de la ventana, después de romper el vidrio asomó su rostro pero este le fue golpeado con un palo, que era usada para la coreografía del baile, lo que acrecentó las sospechas de los profesores de que se trataba del maestro de danza, pero nosotros; todos los hombres y algunas mujeres, que se encontraban fuera de la escuela, sabíamos que esto era a causa de él; desde hacía algunos día se habían escuchado rumores sobre qué hacer con Polly, qué castigo le tocaba, pero nadie dijo nada, en realidad pensamos que alguna chica la golpearía como siempre sucedía los viernes por la tarde; en las que había una función de box, que protagonizaban los estudiantes, nunca eran los mismos, y que esta vez le tocaba a ella. Sabíamos que eran los gritos de Polly los que salían del salón, pero no dijimos nada, sentíamos que cada vez que golpeaban a Polly también lo golpeaban a él. No dijimos nada, solo nos mirábamos, consternados, excitados y rabiosos, al presenciar nuestra venganza por manos ajenas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario